El pasado 7 de mayo, el Capitán de Navío en la reserva Abel Romero ofreció en Benidorm una conferencia magistral dentro del ciclo Jornadas de la Mar 2025. Bajo el título «Tensiones geopolíticas en el Indo-Pacífico. El mar del sur de China«, la ponencia reunió a un público interesado en comprender el nuevo tablero de poder global, especialmente en lo que respecta al ámbito marítimo.
Romero, con una dilatada carrera como piloto naval y analista del Instituto Español de Estudios Estratégicos, expuso con claridad y profundidad cómo el equilibrio internacional está virando desde el Atlántico hacia el Indo-Pacífico, donde China y Estados Unidos compiten por el control de rutas estratégicas y recursos clave.
Del dominio estadounidense al desafío asiático
La conferencia comenzó con una panorámica histórica. Tras la caída de la URSS en 1991, Estados Unidos disfrutó de una hegemonía indiscutida. Sin embargo, en las últimas dos décadas, potencias emergentes como China y Rusia han comenzado a desafiar ese orden. Romero explicó cómo esta rivalidad ha encontrado en el Indo-Pacífico —y especialmente en el Mar del Sur de China— su escenario más tenso y volátil.
China, gracias a su impresionante crecimiento económico e industrial, ha invertido fuertemente en su poderío naval. En ese proceso, ha seguido sorprendentemente los mismos principios geoestratégicos que el almirante estadounidense Alfred Mahan formuló en el siglo XIX. Mahan defendía que quien controlase el mar controlaría el comercio y, por tanto, la riqueza y el poder mundial.
El Mar del Sur de China: el epicentro de la tensión
Romero dedicó buena parte de su intervención a explicar por qué el Mar del Sur de China es un punto caliente geopolítico. Este espacio marítimo, crucial para el comercio global, es objeto de disputas territoriales entre China y varios países vecinos. La construcción de islas artificiales, el despliegue militar y los ejercicios navales en la zona han incrementado la tensión con Estados Unidos y sus aliados.
El control de estas aguas significaría el dominio sobre una de las principales rutas comerciales del planeta, así como el acceso a ricos yacimientos de gas y petróleo.
Europa, la OTAN y la mirada hacia el Este
El Capitán de Navío también reflexionó sobre el papel de Europa ante este nuevo escenario. Habiendo trabajado en Bruselas en asuntos de defensa europea y marítima, Romero subrayó que el Viejo Continente no puede permanecer ajeno a las tensiones en Asia, ya que sus intereses comerciales y estratégicos también están en juego.
El conflicto no es solo regional; tiene implicaciones globales. “Nos enfrentamos a una nueva etapa en la que la estabilidad marítima será un factor esencial en la geopolítica del siglo XXI”, concluyó.
Un análisis certero y actual
La intervención de Abel Romero fue tan rigurosa como accesible, haciendo gala de su experiencia tanto en la teoría como en la práctica. Con un enfoque claro, una argumentación sólida y ejemplos históricos bien integrados, ofreció a los asistentes una visión panorámica del conflicto que está remodelando la estrategia global.
Su conferencia fue, sin duda, una de las más destacadas de las Jornadas de la Mar 2025, confirmando la importancia de este ciclo para la divulgación de cuestiones clave en el ámbito marítimo y estratégico internacional.
